El actor Christopher Reeve, famoso por interpretar a Superman en la serie de películas de los años 70 y 80, murió el 10 de octubre de 2004. Reeve sufrió un accidente mientras montaba a caballo en 1995 durante una competición de equitación, lo que le causó una lesión en la médula espinal que lo dejó cuadripléjico y dependiente de un respirador para poder respirar.
Su muerte fue causada por una infección originada por una úlcera por presión (también conocida como llagas de cama o escaras), una complicación común en personas con parálisis o movilidad reducida debido a la falta de circulación sanguínea en áreas donde el cuerpo permanece en contacto constante con una superficie, como una cama o una silla de ruedas. La infección provocó un paro cardíaco, lo que llevó a su fallecimiento a la edad de 52 años.
Después de su accidente, Reeve se convirtió en un activista en favor de la investigación de células madre y la investigación de lesiones de la médula espinal, luchando por una mayor concienciación y financiación para estas causas. Junto con su esposa, Dana Reeve, creó la Christopher & Dana Reeve Foundation para apoyar esos esfuerzos y ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas que sufren de parálisis.
A lo largo de los años, la fundación ha financiado investigaciones innovadoras y ha proporcionado recursos y apoyo a las personas afectadas por lesiones de la médula espinal y sus familias. La muerte de Christopher Reeve dejó un impacto duradero en la comunidad de personas con discapacidades y sigue siendo recordado por su valentía y determinación para encontrar una cura para la parálisis.
Además de su trabajo como activista, Christopher Reeve también se dedicó a la educación y concientización pública sobre las lesiones de la médula espinal y la importancia de la investigación en este campo. Reeve compartió su historia personal en numerosas ocasiones, dando conferencias y participando en programas de televisión y documentales para mostrar la realidad de vivir con una discapacidad y cómo la investigación y los avances científicos podrían mejorar la vida de las personas afectadas.
Reeve también escribió un libro titulado «Still Me» (Todavía yo), que fue publicado en 1998. En este libro, Reeve habló abiertamente sobre su vida antes y después del accidente, incluyendo sus luchas y éxitos, así como su búsqueda de significado y propósito a través de su activismo y trabajo filantrópico. El libro fue bien recibido por la crítica y el público, convirtiéndose en un bestseller y ayudando a difundir aún más el mensaje de Reeve sobre la importancia de la investigación y el apoyo a las personas con lesiones de la médula espinal.
A pesar de las dificultades que enfrentó después de su accidente, Christopher Reeve continuó trabajando como actor en la medida de lo posible. Apareció en varias películas y programas de televisión, incluida la película de 1998 «Rear Window» (La ventana indiscreta), una adaptación moderna de la película clásica de Alfred Hitchcock, en la que Reeve interpretó al personaje principal, quien también estaba en silla de ruedas.
La determinación y el coraje de Christopher Reeve para enfrentar los desafíos de su situación y su compromiso con la investigación médica y el apoyo a las personas con discapacidades dejaron un legado duradero. Su historia sigue inspirando a muchas personas en todo el mundo y ha contribuido significativamente a la visibilidad y comprensión de las lesiones de la médula espinal y las discapacidades en general.