Dentro del mundo del cómic existen ciertas sagas que son imprescindibles para los amantes del género. Y sin duda alguna, la casta de los Metabarones es una de ellas.
Acabo de terminar los 8 números que componen la saga y la verdad es que estoy encantado de haberlos leído. Y si sois amantes de los cómics de ciencia ficción ochenteros os encantará como a mi.
Sin embargo, en contra de lo que su estética pueda sugerir, la casta de los Metabarones fue editada entre el 1998 y el 2003. Y aunque fue publica originalmente en francés por Humanoïdes Associés, la obra es de dos grandes profesionales sudamericanos: el chileno Alejandro Jodorowsky, que desarrolló el guión y el argentino Juan Giménez, que se ocupó de la ilustración.
Vamos a comentar las grandezas y miserias de esta obra de transcendencia internacional y que tuvo entre otras repercusiones la creación del juego de rol the Metabarons, pero antes os dejo un vídeo para que os podáis hacer una idea los que no lo hayáis leído.
Un intrincado e interesante argumento
La casta de los Metabarones es una de esas historias que si bien a veces cuesta seguir, la mayor parte del tiempo te mantiene alerta e interesado pendiente a los giros inesperados de su interesante argumento.
La historia está narrada en tercera persona por dos personajes secundarios. Concrétamente dos robots al más puro estilo C3PO y R2D2: Tonto (si, Tonto se llama, no se por qué) le narra a Lothae la vida y milagros de sus fieros y despiadados amos. Desde el tatarabuelo, Othon, hasta el tataranieto, Sin Nombre, todos y cada uno del linaje de los metabarones ha hecho méritos de sobra para ser reconocidos por todos como los luchadores más temibles de este u otro confín.
Pero ser un Castaka no es fácil ni mucho menos. Como diría Spiderman parafraseando a Franklin D. Roosevelt, un gran poder conlleva una gran responsabilidad, y esta familia en particular bien entiende lo que ello significa.
La saga de los Metabarones, si bien inmensamente poderosa y acaudalada, también lo es triste y miserable. La tragedia se cierne generación tras generación y no hay Castaka que haya tenido una vida feliz. Más bien todo lo contrario.
De ahí que muchos consideren la saga de los Metabarones como una versión futurista de las tragedias griegas. Definición que yo comparto totalmente.
Un Castaka es un guerrero infalible y despiadado. Pero el camino hasta llegar a ser el ente más mortífero de la Galaxia no es fácil, como tampoco lo es seguir su código de honor: el Bushitaka.
El Bushitaka tiene dos normas ineludibles: cada Metabarón debe mutilar a su hijo como prueba de resistencia al dolor (pero mutilar a lo bestia, uno de los Metabarones se llama Cabeza de Hierro, no digo más) y éste, para probar que es el mejor guerrero de la galaxia debe vencer a su padre en un combate a muerte con arma blanca al cumplir los 16 para demostrar que es el mejor guerrero de la galaxia.
Todo muy edificante ¿no?. Pero así y solo así se consigue ser una máquina de matar perfecta. Aunque no quiero que se me malentienda, porque la casta de los Metabarones es ante todo honorable. Siempre han de cumplir su palabra y su objetivo no es otro que defender al imperio.
Y así, generación tras generación de Metabarones, el robot Tonto nos va introduciendo en un universo cruel y sórdido que hará las delicias de los amantes de cómic de Ciencia Ficción.
Una obra fuera de su tiempo
Como he dicho antes, la Saga de los Metabarones tanto en su estética como en su argumento se acoge al más puro estilo del cómic de Ciencia Ficción europeo de los años 80.
Como pasara en la Trilogía de Nikopol, la historia se conduce en un futuro hostil, sucio, cruel. La degeneración y decadencia supuran todas y cada una de las páginas del cómic y un ambiente lúgrube lo envuelve todo.
La verdad es que no se el por qué de esa visión del futuro pero hace algo más de treinta años era algo común tanto en películas como televisión, novelas o tebeos. ¿Quizás la guerra fría tenía algo que ver? No se, pero el caso es que así era y lo podemos observar desde Dune (que sin duda sirvió de inspiración a la casta de los Metabarones) hasta Madmax, desde Terminator hasta Blade Runner. Cualquier futuro será peor.
La estética es también característica de la época. Unas viñetas que aunque rebosan maestría también adolece del recargamiento típico de la época, lo que a la postre se traduce en una cierta dificultad de identificar la acción y como consecuencia seguir la historia.
Es curioso porque la obra fue editada con el cambio de siglo. Sin embargo el Metabarón Sin Nombre aparece por primera vez como personaje secundario en la obra El Incal en 1981 (la cual no he leido). Así que asumo que o bien la obra estaba escrita sin publicar mucho antes de su edición o bien los autores decidieron continuar con esa estética.
Sea como fuere la obra hace gala de muchísimas características típicas de los cómics clásicos de género. Desde un lenguaje en el que abundan los prefijos al estilo «no voy a limpiar la paleomierda del metabunker que ha dejado del paleogato», hasta un sinfín de ejemplos que en mi opinión dan a la obra un aire desfasado. Hasta una ciencia superavanzada en lo chungo y superdesfasada en lo demás. Pasando por un lenguaje, y comportamiento que visto con ojos contemporáneos solo se pueden calificar de machistas.
Es remarcable y digno de resaltar la extraña obsesión por el sexo sórdido de nuestros mayores. Posiblemente sea consecuencia de una represión moral mayor que tal y como pasa en Japón acaba trasladándose a todo lo demás. Por ejemplo las protagonistas mujeres siempre son poseedoras de inmensos pechos independientemente de la especie que sean, del planeta que vean o de las taras genéticas que adolezcan y siempre hacen alardes de sensualidad ante los musculados y varoniles machos. Por otro lado el tema de los genitales también ocupa un tema central en muchas partes de esta obra y de otras por el estilo. No es que me parezca mal, pero me llama la atención.
En resumen, es innegable que la casta de los Metabarones es una obra fuera de su tiempo, lo cual agradecemos los amantes del cómica de ciencia fantástica clásico.
La casta de los Metabarones- Valoración Final: Excelente
Por todo lo dicho y muchas cosas más la casta de los Metabarones es para mi un «must». Una obra de arte del cómic digna de estar en los rankings de las mejores del género.
Un guión si bien un poco enrevesado también genial y original que te mantiene constante las ganas de leer lo justifica así como una calidad artística genial de sus viñetas, son los puntos fuertes de la casta de los Metabarones.
Posiblemente la estética y el lenguaje añejo sea un hándicap para muchos de vosotros y no la valoréis como yo. Pero personalmente a mi me recuerda a los primeros cómics que leí y por lo tanto para mi es un pro.
Pero como siempre sobre gustos no hay nada escrito.
Si quieres compartir tus impresiones o tienes alguna pregunta no dudes en dejar un comentario aquí abajo.
Yo no tengo mucho más que añadir así que con la ayuda de mi ultranave daré un salto hiperespacial a mi ciberbunker a tomarme un paleorefresco.
Un saludo y Gracias por leer.