Kramer contra Kramer es una película que dejó una marca profunda en el cine de finales de los años 70.
Esta obra maestra, dirigida por Robert Benton y basada en la novela homónima de Avery Corman, se adentra en las complejidades del matrimonio, la paternidad, y la batalla legal por la custodia de un hijo.
La película no solo es aclamada por sus actuaciones, sino también por la manera en que trata temas universales de amor, sacrificio, y responsabilidad.
Pero, ¿cómo termina realmente Kramer contra Kramer? Vamos a desentrañar el desenlace de esta historia cargada de emociones.
Un Vistazo al Conflicto Central
La película sigue la vida de Ted Kramer (interpretado por Dustin Hoffman), un hombre centrado en su carrera, cuyo mundo se desmorona cuando su esposa, Joanna (interpretada por Meryl Streep), lo abandona repentinamente, dejándolo solo para cuidar a su hijo de seis años, Billy.
Ted, que hasta entonces había sido un padre ausente debido a sus compromisos laborales, se ve obligado a cambiar su vida drásticamente para asumir el papel de padre a tiempo completo.
A lo largo de la película, vemos cómo Ted lucha por equilibrar su trabajo con las demandas de ser un padre soltero.
Su relación con Billy, inicialmente tensa y distante, se fortalece a medida que Ted aprende a priorizar a su hijo sobre su carrera.
Sin embargo, justo cuando parece que ha encontrado un nuevo equilibrio, Joanna regresa y solicita la custodia de Billy, desencadenando una amarga batalla legal.
La Batalla Legal: Un Punto Álgido
La segunda mitad de la película se centra en la lucha por la custodia. Ted, ahora completamente dedicado a su hijo, se enfrenta a la posibilidad de perderlo.
Los juicios por la custodia son desgarradores, y la película no rehúye mostrar la crudeza del proceso legal.
Las estrategias de los abogados, las preguntas incisivas y los testimonios dolorosos dejan a ambos personajes al borde de sus límites emocionales.
Joanna argumenta que, aunque abandonó a Billy, lo hizo porque necesitaba encontrarse a sí misma.
Ahora que ha recuperado su estabilidad, cree que está en condiciones de ser una mejor madre. Ted, por su parte, ha demostrado ser un padre capaz y amoroso, pero el sistema judicial de la época tiende a favorecer a la madre en casos de custodia.
El juicio en sí es una montaña rusa emocional. Ted es interrogado y se le cuestiona su capacidad para equilibrar su carrera y la crianza de Billy.
En una escena desgarradora, Ted admite que tuvo que sacrificar su trabajo por su hijo, una confesión que parece ir en su contra.
El Veredicto: Un Giro Inesperado
El juez finalmente decide otorgar la custodia a Joanna, en parte debido a los prejuicios de género prevalentes de la época, que asumían que una madre era inherentemente mejor cuidadora que un padre.
Este veredicto es devastador para Ted, quien había hecho todo lo posible para demostrar que era un padre adecuado.
La decisión del tribunal parece ser un golpe injusto, no solo para Ted, sino también para Billy, que ha llegado a depender profundamente de su padre.
Sin embargo, el final de la película toma un giro inesperado que resuena profundamente con la audiencia.
Cuando Joanna llega al apartamento de Ted para recoger a Billy, se da cuenta de lo bien que su hijo está con su padre.
En una muestra de madurez y verdadero amor maternal, Joanna decide no llevarse a Billy. En cambio, le dice a Ted que Billy debe quedarse con él porque ha visto que esa es la mejor decisión para su hijo.
Este momento de auto-sacrificio por parte de Joanna es conmovedor y cierra la película con una nota de esperanza y reconciliación.
Análisis del Final
El final de Kramer contra Kramer es un recordatorio de que, a veces, los mejores intereses del niño no están alineados con los dictámenes legales. Joanna, al decidir no ejecutar su derecho legal a la custodia, muestra un profundo crecimiento personal.
Su decisión no solo libera a Ted de la angustia de perder a su hijo, sino que también asegura que Billy continúe en un entorno donde se siente amado y seguro.
Este desenlace subraya la idea de que ser un buen padre o madre no se trata simplemente de estar presente físicamente, sino de tomar decisiones que beneficien al niño, incluso si eso significa renunciar a tus propios deseos.
La película deja claro que el amor parental verdadero implica sacrificio, comprensión y la capacidad de dejar ir cuando es necesario.
Reflexiones Finales
Kramer contra Kramer no solo aborda la difícil dinámica de las relaciones familiares y la crianza de los hijos, sino que también desafía las nociones preconcebidas sobre los roles de género.
Al final, el sacrificio de Joanna y la devoción de Ted muestran que ambos padres, a pesar de sus errores y diferencias, solo quieren lo mejor para Billy.
El final de la película es uno de los más recordados en la historia del cine porque no se resuelve con una victoria sencilla para ninguno de los dos padres, sino con una muestra de amor y madurez que trasciende los errores del pasado.
En última instancia, Kramer contra Kramer nos recuerda que el verdadero amor por un hijo a veces requiere decisiones dolorosas y desinteresadas.
Este cierre, cargado de emociones y significados, es una de las razones por las que la película sigue siendo relevante hoy en día.
No ofrece respuestas fáciles, pero sí plantea preguntas importantes sobre lo que significa ser padre o madre, y qué estamos dispuestos a sacrificar por el bienestar de nuestros hijos.
Así es como termina Kramer contra Kramer, con una lección sobre amor, sacrificio, y lo que realmente importa en la familia.