Tras incontables días de ansias y espera, el corte original de Zack Snyder sobre la liga de la justicia por fin llegó.
Con una relación de aspecto cuadrada de 1.33:1 y una duración nada despreciable de 4 horas, la nueva película de Zack Snyder es una experiencia interesante, además de agotadora.
Uno de los más grandes logros de esta producción –debatible-, es la incorporación de nuevas escenas que otorgan un mayor contexto a las escenas de la cinta anterior dirigida por Joss Whedon y que en conjunto con el contexto aporta una calidad narrativa mucho más detallada y justificada -no obstante, todavía tiene algunos errores bastante evidentes.
Aunque he de decir que las cuatro horas con dos minutos que dura la película me parece excesivo y fue exhaustivo verla por tanto tiempo, no podría haber sido de otra manera; esta es una historia que sólo pudo contarse así: densa, oscura, Snyder. Con todo lo que ello implica, bueno y malo.
Hay mucho que se puede decir sobre la diferente manera –se mire por donde se mire-, de conducir a La Liga de la Justicia que trajo Zack Snyder. Desde la presencia mejorada de Steppenwolf, por el rediseño del personaje hasta haberle otorgado un peso más relevante a Ray Fisher (Cyborg).
Peso que se nota superior al del resto de personajes. Y con sobrada razón, pues no sólo es uno de los personajes más cercanos a la acción debido a su propia naturaleza –la forma en que fue creado y su estrecha relación con las Cajas Madre-, sino, además, por el factor innegable de ser un personaje el cual, hasta ahora, carece de película propia y su historia es mucho menos conocida para el público.
En cuanto a la relación de aspecto cuadrada de la película, Deborah Snyder (productora y esposa del director) ha declarado que Zack Snyder siempre la pensó así, en ese formato -principalmente debido a que la idea era que el filme fuera proyectado en pantallas IMAX, pero también por una cuestión estética. Sobre si esto fue un error o un acierto -contemplando las dimensiones de los televisores modernos-, es algo sobre lo que se puede discutir, pero lo que sí es seguro es que ha sido un concepto interesante. Y esto no lo digo únicamente porque sea fanático del formato 1.33:1, debido a que da esta impresión de que, si se detuviera en cualquier fotograma, aparentaría una pintura -como si cada cuadro fuera una fotografía cuidadosamente escogida.
Esta película no es perfecta, pero tampoco es lo que debió esperarse. Snyder cumplió con lo que prometió: una cinta distinta; característica de su capacidad creativa, con toda la parafernalia visual que acostumbra.
Así pues, el espectador encontrará en La Liga de la Justicia de Zack Snyder, una película realmente diferente, tanto en concepto como en desarrollo. Pudiendo odiarla, amarla, pero no ignorarla; porque si hubo algo particularmente notable e innegable sobre este fenómeno, fue el marketing y el movimiento de los fanáticos.