«Hasta el último hombre»(o Hacksaw Ridge como se la tituló originalmente) es una película bélica, pero no sólo una película de guerra.
Mel Gibson podrá caernos mejor o peor. A mi no me cae particularmente bien (aunque quizás se le haya castigado demasiado por meter la pata hasta el fondo). Lo que es innegable es que en cuanto a cine, el tipo sabe lo que está haciendo.
Nadie sabe mejor que él tratar la épica en las películas, y «Hasta el último hombre» no es una excepción.
Americanadas sí, pero americanadas de una gran calidad.
Y en mi opinión los 2 Oscars y 6 Nominaciones (incluida la de mejor director) son justamente merecidos.
Argumento de «Hasta el último hombre».
Este film bélico nos cuenta la historia de Desmond Doss (Andrew Garfield), un buen chico americano que aunque acaba de encontrar el amor de su vida pero que siente la necesidad de ayudar a su país durante la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo Desmond tiene una peculiaridad, es un objetor de conciencia.
Así es, aunque se alista voluntariamente para luchar contra los japoneses no cree en las armas.
De hecho se niega a llevar ninguna. Él quiere ayudar como equipo médico (aunque no se lo pondrán nada fácil).
Al principio la idea es chocante. ¿Un soldado en el frente de batalla sin nada con lo que defenderse?, un poco raro si que es.
Incluso intentan que desista por todos los medios. Pero el soldado Doss, de férreas convicciones persiste en su intento y consigue ir al frente de batalla, Concretamente a Okinawa.
La cosa está jodida, para tomar la ciudad han de tomar un risco inmenso plagado de nidos de ametralladoras y de soldados japoneses dispuestos a darlo todo por defenderlo.
La guerra saca lo mejor y lo peor de todos. Y Desmond Doss hizo gala de un valor y una generosidad inconmensurables.
De hecho, muchos compañeros tendrán mucho que agradecerle.
Crítica: Una americanada muy bien hecha.
Mel Gibson sabe cómo tratar las heroicidades. Es un hecho.
«Hasta el último hombre» es una película de guerra, pero es algo más.
Lo que más me atrae de ella es cómo toma un enfoque que yo al menos nunca había visto en el cine americano.
¿Cuál es el lugar de los objetores de conciencia en la guerra?
La dicotomía está en que si bien el protagonista está deseoso de ayudar a su país, por principios reniega del uso de cualquier arma.
Como él dice, su función en la guerra es arreglar los destrozos que en esta ocurren.
Así que es una coyuntura muy peculiar, tenemos una película bélica plagada de todos los ingredientes que definen a los héroes pero desde la perspectiva de alguien que es totalmente contrario a lo que está pasando.
En definitiva, una muy buena película que trata lo mismo de siempre pero desde un punto de vista singular.
Aparte de eso no hay mucho más que añadir.
Básicamente todo funciona. Un buen guión que ni aburre ni se hace pesado; unos buenos actores que hacen que no te sacan de la historia (especialmente bueno Andrew Garfield en mi opinión), una música que no desentona, una excelente fotografía,..
Vamos, todos los ingredientes necesarios para que le dediques un rato si te gusta este género cinematográfico.
Otras consideraciones.
Si te parece vamos a ver algunas reflexiones más que he tenido al ver «Hasta el último hombre» a ver qué te parecen.
Ya sabes que si quieres compartir que te ha parecido a tí, si quieres agregar o criticar lo que sea eres más que bienvenido a dejar un comentario al final del artículo.
«Hasta el último hombre» te involucra emocionalmente.
«Hasta el último hombre» se divide en dos partes: la primera en la que nos cuenta la vida de un chico en la América profunda y la segunda cómo ese chico se enfrenta a sí mismo en un contexto extremo como fue la Segunda Guerra Mundial.
En realidad el truco de Mel Gibson es siempre el mismo.
William Wallace conoce a Murron, se enamora, se casa y la vida se le complica enormemente en post de la patria y sus valores inalienables.
Más o menos en «Hasta el último hombre» es el mismo truco. Y vuelve a funcionar bastante bien :-).
Cómo suele pasar con casi todo, lo importante no es el Know What sino el Know How.
Desmond Doss es un buen chico aunque vive la tragedia de su tiempo. Su padre (Hugo Weaving) es un veterano de la Primera Guerra Mundial que no ha podido superar sus traumas. Es alcohólico, maltrata a su mujer y a sus hijos, aunque en el fondo tiene buen corazón.
En ese ambiente crece Desmond, un chico más bueno que el pan de rosca que anda siempre con una sonrisa en la boca. Se enamora, es felíz, pero siente la obligación de cumplir con su patria.
Es imposible no cogerle cariño. 😮
Después claro, aferrado a sus principios pacifistas se sale del pellejo y en más de una ocasión hace que se te pongan los pelos de punta.
Sea como fuere, Mel Gibson consigue su objetivo. Te involucra emocionalmente y una vez que lo consigue ya te tiene en su anzuelo.
A partir de ese punto es imposible que la película te deje indiferente.
Y aún más sabiendo que se trata de una película basada en hechos reales.
¿Está de verdad «Hasta el último hombre» basada en hechos reales?
Pues eso parece. Son varios los documentales que hay sobre Desmond Doss y de cómo fue condecorado con la medalla de honor (el primer objetor de conciencia en serlo, ni más ni menos).
Aquí te dejo un video al respecto:
Si que parece probado que gracias a él se salvaron 75 compañeros suyos.
La verdad es que tiene que ser una sensación extraordinaria.
Evidentemente se habrán tomado todas las licencias del mundo y más para potenciar la épica de la obra.
Pero que Desmond Doss existió es un hecho, y que hizo algo extraordinario también lo es.
Aunque en realidad estas historias son un arma de doble filo.
Adultos mandando niños al matadero.
Hace unos días fuí a la presentación de su libro El monarca de las sombras y comentaba esto mismo.
Todas las guerras habidas y por haber se basan en adultos mandando a niños a matarse entre ellos.
Y en mi opinión es tal cual.
Como adulto el tipo de gestas que se trata en «Hasta el último hombre» te emocionan.
Pero ese tipo de mensajes a los ojos de chiquillos prácticamente imberbes puede ser letal.
Es ley de vida que el idealismo de la juventud se va licuando con los sinsabores de la realidad.
Pero en ese momento, cuando todos creemos que todo es posible y estamos en la edad de demostrarle al mundo lo que somos, ideas como el heroísmo, las grandes gestas y grandes valores, calan con especial facilidad.
No es casualidad que en todas las grandes guerras los que se alistaban en masa eran los más jóvenes.
No solamente por principios (que también), sino por el qué dirán, por miedo a no demostrar el valor presupuesto, por no ser un hombre que se viste por los pies.
En «Hasta el último hombre» se hace de soslayo alguna referencia al tema.
–En mi pueblo había 3 chicos que se suicidaron por no pasar las pruebas mínimas para alistarse al «ejército de los Estados Unidos».– Decía Doss, o -¿cómo voy a quedarme en casa cuando todos están dando su vida luchando por lo que creen?.
En fin, cosas de la guerra.
Al final de los finales, aunque se haga constantemente referencia a las grandes gestas, las guerras se basan en niños peleándose con niños en un escenario de barro, sangre, muertos y miembros amputados.
Por cierto, esta película es especialmente brutal en cuanto a imágenes de cuerpos destrozados. Cuidadín, cuidadín si eres especialmente sensible a estas cosas.
Un cine por y para estadounidenses.
A ver, no digo que «Hasta el último hombre» no pueda ser disfrutada fuera de las fronteras del país americano.
De hecho como he comentado varias veces, me ha parecido una película muy buena.
Pero siempre que veo este tipo de películas me queda la sensación de que no están hechas para alguien como yo, que hay un montón de mensajes que se me escapan.
No me cabe duda de que la lectura que puedo hacer yo, poco tendrá que ver con la lectura que pueda hacer un chico de Montana.
Por un lado hay valores como el patriotismo que visto desde mi punto de vista queda medio raro.
De hecho la película en mi opinión peca un poco de lo que pecan muchas películas de guerra. Especialmente aquellas previas a «La delgada linea roja»: Enemigos, malos, perversos, caca,.. Americanos buenos, valientes, patriotas,…
No en exceso, pero sí que es lo que rezuma en ocasiones.
Y por otro lado el gran temón de la religión.
Desmond Doss es un Adventista del Séptimo Día. La verdad es que se me escapan las diferencias que hay entre todas las diferentes iglesias que conviven en Estados Unidos.
Como buen conservador Mel Gibson le da mucha importancia a la religión y en «Hasta el último hombre» es algo que no es ni mucho menos ajeno.
Sin embargo a mí es algo que honestamente me cuesta interpretar en sus justos términos.
En resumen, «Hasta el último hombre» es una buena película, que toca un tema muy interesante: pacifistas en la guerra.
Muy aconsejable para todos los amantes del cine bélico y que no tengan un estómago especialmente sensible.
¿Y a tí qué te ha parecido?