«Que Dios Nos Perdone» es una película española dirigida por Rodrigo Sorogoyen, lanzada en el año 2016. Esta obra cinematográfica se sumerge en las profundidades de la sociedad madrileña, en plena crisis económica y con la visita del Papa en el horizonte.
Los protagonistas, Alfaro y Velarde, son dos inspectores de policía encargados de resolver una serie de brutales asesinatos de ancianas en la ciudad.
El tono de la película es oscuro y tenso, reflejando la agitación social y la corrupción que permea en todos los niveles de la sociedad. A través de la narrativa, se exploran temas como la justicia, la moralidad y la naturaleza humana, todo ello mientras los protagonistas luchan contra sus propios demonios internos y la presión de resolver el caso.
Los Protagonistas: Alfaro y Velarde
Alfaro, interpretado por Roberto Álamo, es un hombre de acción, violento e impulsivo, que a menudo recurre a métodos brutales para obtener respuestas. A pesar de su naturaleza agresiva, muestra momentos de vulnerabilidad, especialmente en relación con su familia.
Por otro lado, Velarde, interpretado por Antonio de la Torre, es su contraparte; un hombre tranquilo y meticuloso, que padece un trastorno del habla. Aunque parece más racional y controlado, también oculta oscuros secretos.
A medida que la trama avanza, la relación entre Alfaro y Velarde se complica. Inicialmente, parecen complementarse el uno al otro, pero las tensiones y diferencias en sus métodos y moralidades se hacen cada vez más evidentes.
Velarde, por ejemplo, se obsesiona con el caso hasta el punto de perder su propia moralidad, mientras que Alfaro lucha por mantener su ira y violencia bajo control.
La Investigación: Un Camino Lleno de Obscuridad
La investigación de los asesinatos de las ancianas se convierte en un laberinto de pistas confusas y callejones sin salida. Los inspectores se enfrentan no solo a la presión de resolver el caso, sino también a sus propios demonios internos y a una sociedad que parece podrida desde dentro.
Durante la investigación, descubren que las víctimas tenían conexiones con el franquismo y la represión política.
Esto añade otra capa de complejidad al caso, ya que los asesinatos parecen tener un trasfondo político y social. Alfaro y Velarde se sumergen más en las sombras de la sociedad, descubriendo corrupción y secretos ocultos.
El Desenlace: La Revelación y la Pérdida de la Humanidad
Finalmente, los inspectores dan con el asesino, un hombre que también ha sido víctima de la represión y la violencia política.
En un giro inesperado, Velarde decide tomar la justicia por su mano, matando al asesino en lugar de arrestarlo. Esta decisión marca un punto de no retorno para su personaje, evidenciando la pérdida de su propia humanidad y moralidad.
Alfaro, por otro lado, queda impactado y desilusionado por la decisión de su compañero. Aunque ha luchado contra su propia violencia a lo largo de la película, se da cuenta de que la justicia y la moralidad son conceptos frágiles y subjetivos.
La Sociedad Como Reflejo: El Papel de Madrid en la Trama
Madrid, la ciudad en la que se desarrolla «Que Dios Nos Perdone», juega un papel crucial en la narrativa de la película. No es simplemente el escenario donde ocurren los eventos, sino un personaje en sí mismo, reflejando y amplificando las tensiones y contradicciones que viven los protagonistas.
La ciudad se presenta caótica y opresiva, con el calor del verano y las multitudes reunidas para la visita del Papa, creando un ambiente cargado y asfixiante. Este escenario sirve para potenciar la sensación de urgencia y desesperación que sienten Alfaro y Velarde en su búsqueda del asesino.
Además, la corrupción y desigualdad presentes en la sociedad madrileña se reflejan en la trama de la película. Los asesinatos de las ancianas, que en su juventud fueron partícipes de la represión franquista, sirven como metáfora de los pecados del pasado que vuelven para acechar al presente. La ciudad misma guarda secretos y sombras, al igual que los personajes principales.
Los Demonios Internos: La Lucha de Alfaro y Velarde
A lo largo de la película, tanto Alfaro como Velarde enfrentan sus propios demonios internos, que se entrelazan de manera compleja con la trama principal.
Alfaro, con su naturaleza violenta y agresiva, lucha por mantener el control, especialmente en momentos de estrés y frustración. Su relación con su familia se muestra tensa, reflejando la lucha interna que vive.
Velarde, por otro lado, enfrenta su trastorno del habla y su obsesión con el caso. Su carácter metódico y su necesidad de justicia lo llevan por un camino oscuro, donde la línea entre el bien y el mal se vuelve cada vez más borrosa.
La decisión final de matar al asesino es el clímax de su descenso a la oscuridad, perdiendo su moralidad en el proceso.
Ambos personajes representan diferentes aspectos de la naturaleza humana y cómo las circunstancias pueden empujar a las personas a actuar de maneras extremas. La película no juzga sus acciones, sino que las presenta de manera cruda y realista, dejando al espectador la tarea de reflexionar sobre ellas.
El Final: Un Giro Inesperado y Preguntas sin Respuesta
El final de «Que Dios Nos Perdone» deja al espectador con más preguntas que respuestas. La decisión de Velarde de tomar la justicia por su mano y matar al asesino en lugar de arrestarlo es un giro inesperado y chocante. Esta acción no solo pone fin al caso, sino que también marca el final de su humanidad y moralidad.
Alfaro, testigo de la acción, queda desilusionado y afectado por la decisión de su compañero. A pesar de su propia naturaleza violenta, se da cuenta de la importancia de la justicia y la moralidad, y cómo estas pueden ser fácilmente perdidas.
La película termina sin ofrecer una resolución clara o satisfactoria, dejando al espectador con la tarea de interpretar los eventos y reflexionar sobre sus implicaciones.
¿Fue correcta la decisión de Velarde? ¿Es justificable tomar la justicia por mano propia? «Que Dios Nos Perdone» plantea estas preguntas, pero deja las respuestas a la interpretación de cada espectador.
Reflexiones Finales sobre el final de Que Dios nos perdone:
«Que Dios Nos Perdone» es una película que se sumerge en las profundidades de la sociedad y la naturaleza humana, explorando temas como la justicia, la moralidad y la corrupción. A través de los personajes de Alfaro y Velarde, la película presenta una visión compleja y matizada de cómo las circunstancias pueden empujar a las personas a actuar de maneras extremas y perder su humanidad.
La sociedad madrileña sirve como un reflejo de estas tensiones y contradicciones, creando un ambiente opresivo y caótico que afecta a los personajes y potencia la trama. Los asesinatos de las ancianas, con su trasfondo político y social, sirven como metáfora de los pecados del pasado y cómo estos pueden volver para acechar al presente.
El final de la película, con la decisión de Velarde de matar al asesino, plantea preguntas difíciles sobre la justicia y la moralidad. «Que Dios Nos Perdone» no ofrece respuestas fáciles, sino que deja al espectador con la tarea de reflexionar sobre estos temas y llegar a sus propias conclusiones.
En definitiva, «Que Dios Nos Perdone» es una obra cinematográfica poderosa y provocativa, que invita a la reflexión y al cuestionamiento de la sociedad y de nosotros mismos. A través de su trama compleja y sus personajes profundamente humanos, la película ofrece una visión cruda y realista de la naturaleza humana y los desafíos morales a los que nos enfrentamos.