Considerada una joya oculta del cine de ciencia ficción de la década de 2010, «Predestination», un intrincado drama sobre viajes en el tiempo, desafía al espectador con su narrativa compleja.
Con las actuaciones de Ethan Hawke («Moon Knight») y Sarah Snook («Steve Jobs»), narra la odisea de un agente del tiempo persiguiendo a un peligroso criminal. Sin embargo, un encuentro con un enigmático individuo y su sorprendente historia de vida lo lleva a descubrimientos inesperados.
La conclusión del filme deja a la audiencia boquiabierta o perpleja. La trama se desenvuelve a través de distintas épocas, presentando personajes en variadas etapas de sus vidas, y abordando temas profundos que quizá no se perciban a primera vista, pero que invitan a una reflexión más allá del entretenimiento.
Para aquellos que buscan desentrañar los enigmas de la historia, aquí ofreceremos una guía detallada. Analizaremos la trama, desglosaremos la compleja cronología y profundizaremos en los temas y simbolismos propuestos. Así que si estás dispuesto a descender más profundo en este laberinto fílmico, continúa leyendo: desvelaremos el desenlace de «Predestination».
Una aventura a través del tiempo
«Predestination» es una película que desafía las nociones convencionales de género, identidad y destino. Desde el primer acto, nos sumergimos en una red intrincada de viajes en el tiempo, donde las identidades se entrelazan y las líneas temporales se fusionan. El Bartender (Ethan Hawke) y La Madre Soltera (Jane) están en el corazón de este laberinto.
A medida que La Madre Soltera narra su vida a The Bartender, descubrimos una serie de traumas y decisiones que la han llevado a su situación actual.
Su nacimiento y abandono en un orfanato, su marginación social debido a su diferencia, su reclutamiento y posterior expulsión de un programa espacial de élite, su relación con un hombre enigmático que resulta en un embarazo y, finalmente, la revelación de su intersexualidad y la cirugía de reasignación de género forzada, son puntos cruciales en su historia.
Este relato sirve como un desgarrador testimonio de cómo las elecciones y acciones de una persona, junto con las circunstancias que le rodean, pueden influir en su percepción de sí misma y en su destino. La pérdida del bebé y la traición que siente hacia el hombre que ama solo complican aún más su relación con su propia identidad.
La historia de La Madre Soltera no solo es un testimonio del dolor y la traición, sino que también plantea preguntas fundamentales sobre la naturaleza del ser y la predestinación. La película invita al espectador a reflexionar sobre cómo las decisiones del pasado pueden influir en el presente y cómo, a pesar de nuestros esfuerzos, a veces somos esclavos de un destino predeterminado.
La venganza de la madre soltera

A medida que la historia progresa, descubrimos más sobre el bucle infinito de viajes en el tiempo en el que están atrapados estos personajes.
Después del encuentro entre Jane y La Madre Soltera, The Bartender lleva al bebé recién nacido de Jane al orfanato, completando otro ciclo, donde Jane es abandonada como bebé. Este acto revela que, de hecho, Jane, La Madre Soltera y The Bartender son la misma persona en diferentes etapas de su vida, víctima de un bucle predestinado de autoperpetuación.
Pero la revelación más sorprendente ocurre cuando The Bartender enfrenta al Bombardero Fizzle en la lavandería de Nueva York en 1975. En este enfrentamiento, se desvela que The Fizzle Bomber es una versión aún más envejecida de The Bartender, que ha perdido la cordura debido a los numerosos viajes en el tiempo y ha decidido cambiar el destino con acciones violentas para prevenir mayores tragedias. Aunque The Fizzle Bomber intenta justificar sus acciones explicando que ha salvado miles de vidas a lo largo del tiempo evitando catástrofes aún peores, The Bartender no puede aceptar sus actos y, en un enfrentamiento final, lo mata.
La historia cierra su bucle con la trágica ironía de que, al tratar de detener a un villano, uno se convierte en él. El Bartender, eventualmente, se convierte en el Bombardero Fizzle debido al trauma acumulado y los efectos deteriorantes de los viajes en el tiempo.
«Predestination» nos lleva por un laberinto de identidad, destino y elección, cuestionando si realmente somos dueños de nuestro destino o simplemente piezas de un rompecabezas predestinado. Es un viaje cerebral que nos hace cuestionar la naturaleza de la identidad y cómo nuestras acciones, no importa cuán bien intencionadas, pueden tener consecuencias inimaginables.
La verdad revelada

La pieza final del rompecabezas en «Predestination» se refiere al mismo Bombardero Fizzle.
The Bartender, empeñado en detener a este criminal del tiempo, sigue sus pistas hasta un lavadero en 1975. Es aquí donde se enfrenta a un hombre de avanzada edad. Durante este enfrentamiento, se revela que este hombre es, de hecho, el Bombardero Fizzle. Sin embargo, lo que es aún más sorprendente es que el Bombardero Fizzle es una versión más vieja y desquiciada del propio Bartender.
Este giro final desentraña todo el misterio: The Bartender, en su obsesión por detener al Bombardero Fizzle, eventualmente se convierte en el mismo. Bajo el efecto de los numerosos viajes en el tiempo y los traumas que ha sufrido, adopta la creencia de que sus actos terroristas son necesarios para evitar mayores tragedias en el futuro.
Por lo tanto, la historia de «Predestination» es un bucle infinito. Jane, que luego se convierte en La Madre Soltera, luego en The Bartender, y finalmente en el Bombardero Fizzle, es víctima de su propia existencia predestinada. Es un bucle de causalidad en el que el personaje principal es a la vez el héroe, el villano, la madre y el padre, todo en uno.
La película plantea preguntas profundas sobre el destino, la identidad y la causa y efecto. En lugar de proporcionar respuestas claras, juega con la noción de predestinación y si es posible escapar de los caminos que parecen estar predeterminados para nosotros. Es una obra maestra de la ciencia ficción que desafía a los espectadores a reflexionar sobre la naturaleza del tiempo, el destino y la identidad personal.
La línea de tiempo explicada

«Predestination» es una masterclass en narrativa intrincada y el concepto de destino. Mientras que el entrelazamiento de la línea temporal puede parecer complicado en un primer vistazo, lo que realmente impresiona es cómo la película explora las nociones de identidad, autodefinición y las consecuencias de las elecciones.
Es una historia que plantea preguntas como: ¿Estamos destinados a seguir un camino predeterminado o nuestras acciones y decisiones pueden alterar el curso del destino? ¿Cómo nos definimos a nosotros mismos y a nuestra identidad en un mundo donde el tiempo puede ser manipulado y nuestra percepción de nosotros mismos puede ser tan fluida?
Jane/John/The Bartender/The Fizzle Bomber es un personaje que vive múltiples vidas, experiencias y transformaciones, todo dentro de un bucle temporal que le hace ser a la vez víctima y victimario. Es una manifestación física de una paradoja temporal, donde causa y efecto se entrelazan de maneras que desafían la lógica tradicional.
Al final, «Predestination» es una profunda reflexión sobre el ser humano, el sacrificio y la inevitabilidad del destino, presentado a través de un rompecabezas cinematográfico que pide ser montado y desmontado una y otra vez.
Se trata de dejar atrás el pasado.
La verdadera belleza de «Predestinación» radica en cómo usa la ciencia ficción para examinar cuestiones existenciales. En lugar de simplemente abordar la física y las complejidades del viaje en el tiempo, la película profundiza en las luchas internas que enfrentamos al tratar con nuestro pasado, identidad y destino.
La interacción entre John the Bartender y The Fizzle Bomber es un reflejo palpable de la batalla que todos enfrentamos: la lucha entre la persona que somos ahora y la que fuimos en el pasado. The Fizzle Bomber es, en esencia, un recordatorio de las cicatrices, errores y traumas del pasado de John. Enfrentar a este alter ego es similar a cómo enfrentamos nuestras propias inseguridades y demonios internos.
El proceso de autoaceptación y superación no es un viaje sencillo, y a menudo se ve obstaculizado por el arrepentimiento y el deseo de cambiar las decisiones pasadas. La compleja relación entre John y The Fizzle Bomber destaca esta lucha interna.
Si bien en una interpretación superficial, uno podría argumentar que John debería simplemente matar a The Fizzle Bomber para evitar el futuro caos, la realidad es que hacerlo sería ceder ante sus propios demonios y perpetuar el ciclo de odio y arrepentimiento. Es solo al reconocer, aceptar y superar sus acciones pasadas que John tiene la oportunidad de forjar un futuro diferente.
Además, el concepto de identidad se aborda de manera directa con la transición de Jane a John y más tarde a The Bartender y The Fizzle Bomber. Esta evolución subraya cómo las circunstancias, las elecciones y el tiempo pueden cambiar y moldear a una persona. En este sentido, «Predestinación» no solo es una meditación sobre el viaje en el tiempo, sino también un profundo análisis de la condición humana, la autoaceptación y la capacidad de superación.
Un tratado sobre el trauma y el ciclo del abuso

«Predestinación» no solo es un thriller de viajes en el tiempo, sino también una profunda exploración del ciclo del trauma. La manera en que presenta esta idea desafía las convenciones tradicionales de cómo entendemos el trauma.
En lugar de verlo simplemente como un evento pasajero, la película lo presenta como algo intrínseco y perpetuo, una fuerza inquebrantable que puede ser traspasada de un yo a otro yo, y de una generación a otra, atravesando incluso la barrera del tiempo.
La idea de que las personas que han sido traumatizadas en su infancia a menudo perpetúan ese trauma en la vida adulta no es nueva. Muchos estudios han demostrado que quienes enfrentaron abuso, abandono o cualquier forma de trauma en sus años formativos a menudo luchan con problemas emocionales y de comportamiento a medida que crecen.
Lo que hace que «Predestinación» sea tan único y perturbador es que lleva este concepto un paso más allá: no solo el individuo perpetúa el trauma en otros, sino que lo perpetúa en sí mismo a lo largo del tiempo.
Jane/John, en la narrativa, es tanto la víctima como el victimario, tanto el trauma original como el recipiente de ese trauma. Este bucle constante, este ciclo de sufrimiento autoinfligido, es una representación extrema del adagio: «somos nuestros peores enemigos». Pero más allá de eso, refleja una verdad muy oscura sobre la naturaleza humana y cómo a menudo nos castigamos a nosotros mismos por los pecados y errores del pasado.
Este ciclo se culmina en la confrontación entre The Bartender y The Fizzle Bomber. Aquí, el tema del ciclo del trauma se solidifica, ya que vemos a un individuo en guerra consigo mismo, donde una versión está tratando de detener el trauma perpetuo mientras que la otra está completamente sumergida en él.
Al final, «Predestinación» sirve como un recordatorio cautivador y, en cierto modo, aterrador de cómo el trauma, si no se enfrenta y se maneja adecuadamente, puede convertirse en una fuerza cíclica que se perpetúa a sí misma. Es un retrato brillante y desgarrador de las cadenas invisibles que nos atan a nuestro pasado y cómo, si no somos cuidadosos, esas cadenas pueden arrastrarnos hacia un abismo de repetición y autodestrucción.
Todo es cuestión de identidad
«Predestinación», en su esencia, toma el dilema fundamental del ser humano sobre la identidad y lo magnifica a través de la lente de la ciencia ficción. Mientras que muchas personas luchan por definirse a sí mismas dentro de los parámetros de la sociedad, Jane tiene que luchar por comprenderse en el contexto de un rompecabezas temporal, en el que no solo es su propio antecedente sino también su consecuente.
La idea de sentirse atrapado en el cuerpo equivocado o sentir que algo está «fuera de equilibrio» es algo que muchas personas transgénero y no conformes con el género experimentan en la realidad. Y, aunque la situación de Jane es, sin duda, una exageración y ficción, la base emocional de su lucha es increíblemente real. La sensación de no pertenecer, de ser diferente, de no ser comprendido por el mundo que te rodea es un sentimiento universal, y Jane lo personifica de una manera única.
El viaje de Jane a través de diferentes vidas y cuerpos se convierte en una metáfora de la búsqueda humana de autodefinición. ¿Cómo te defines cuando las circunstancias externas siguen cambiando? ¿Cómo te encuentras a ti mismo cuando la propia naturaleza de «quién eres» sigue cambiando? Esta es la verdadera pregunta en el corazón de «Predestinación». No es solo una película sobre viajes en el tiempo, sino una película sobre autodescubrimiento, autoaceptación y el viaje intrincado que muchos emprenden para encontrar su verdadero yo.
Además, la película también plantea la cuestión de la predestinación frente al libre albedrío. ¿Estamos destinados a seguir un camino predeterminado, o podemos elegir y cambiar nuestro destino? Jane, a pesar de las extraordinarias circunstancias, sigue siendo, en su esencia, una representación de todos nosotros en la búsqueda de respuestas a estas preguntas universales.
Finalmente, «Predestinación» es un recordatorio de que, más allá de los límites de la ciencia ficción y la fantasía, la cuestión de la identidad y el propósito sigue siendo una de las más fundamentales y desafiantes para el ser humano. Es una obra que invita a la reflexión, que nos desafía a mirar hacia adentro y a cuestionar quiénes somos y qué significa realmente ser uno mismo.
El significado de la elección y la paradoja del destino
Más allá de la exploración del trauma y la desolación, «Predestinación» se adentra en el enigma filosófico de si realmente poseemos libre albedrío o si todo es una mera ilusión predestinada.
En varios puntos de la trama, se reflexiona sobre la preordenación y la cuestión de si ciertos acontecimientos están predestinados a suceder, siendo inalterables. Para nuestro protagonista, parece que la respuesta es un «no» rotundo, dado que, pese a sus esfuerzos, no logra modificar ni su pasado, ni su presente, ni su futuro.
A pesar de los numerosos intentos, en diferentes fases de su vida (siendo John, la madre soltera o enfrentándose a su versión más joven, Jane), nuestro héroe busca y anhela alterar hechos que sabe que ya han transcurrido.
Pero, sin importar cuánto desee dirigir su destino, se encuentra atrapado en un bucle. Más tarde, como El Bartender, parece que John ha llegado a un acuerdo con su destino, asumiendo su pasado como una parte integral de su ser y dejando que los eventos se desarrollen naturalmente, lo que le otorga cierta tranquilidad espiritual.
Sin embargo, al culminar la historia, John tiene ante sí la oportunidad de forjar un nuevo camino. Pero, a pesar de su empeño y determinación, cae en los mismos patrones. La conclusión en «Predestinación» es contundente: hay hechos que son ineludiblemente predestinados.
En qué se diferencia Predestination de la historia original
Basado en un relato corto del renombrado escritor de ciencia ficción Robert Heinlein, conocido por obras como «Starship Troopers», es sorprendente para muchos descubrir que la fuente original de «Predestination» es un relato de apenas unas pocas páginas titulado «All You Zombies». Aunque la adaptación cinematográfica introduce ciertas variaciones, la esencia se mantiene fiel al material de origen.
El relato se desarrolla mediante una serie de registros o entradas de diario que detallan la conversación entre The Bartender y The Unmarried Mother. Este último narra su vida, lo que lleva a The Bartender a embarcarse en la ardua tarea de cerrar el bucle temporal mediante una serie de viajes al pasado. Curiosamente, una figura central en la adaptación cinematográfica, The Fizzle Bomber, no figura en el relato original. Solo se menciona brevemente una «Guerra Fizzle» situada en un tiempo diferente. No hay una amenaza palpable ni un antagonista en la narración, solo el Bartender finalizando su bucle existencial.
La narrativa original se presenta de manera objetiva, con un tono desprovisto de drama o emoción excesiva, simplemente desenredando eventos en una secuencia que conduce al lector hacia la sorprendente verdad de que The Unmarried Mother, el enigmático amante y The Bartender son, de hecho, la misma entidad. Aunque no se desvía drásticamente del relato, «Predestination» toma una elemental paradoja de viaje temporal y la transforma en un conmovedor relato sobre identidad y trauma.