El imponente ojo de Sauron en lo alto de su torre en Mordor es una presencia constante en la trilogía de «El Señor de los Anillos».
Pero, ¿cómo y por qué Sauron se volvió malo?
El Origen del Mal de Sauron
¿Por qué y cómo Sauron, el principal antagonista en «El Señor de los Anillos» y uno de los villanos más fascinantes de la narrativa fantástica, se volvió malo?
A pesar de ser una figura envuelta en misterio en la trilogía, los verdaderos motivos y orígenes de Sauron quedan sin respuesta. Su presencia en la Tierra Media es más bien atmosférica, un eco de maldad acompañado del ominoso ojo ardiente que todo lo ve desde su torre en Mordor.
J. R. R. Tolkien nunca aceptó la idea del mal absoluto, pero destacó que Sauron poseía una voluntad malévola que se acercaba mucho a este concepto.
Su historia se remonta al comienzo del tiempo, siendo originalmente un Maia de Aulë llamado Mairon, un poderoso espíritu encargado de establecer orden en el mundo recién nacido.
A pesar de sus orígenes angélicos, queda fascinado por la idea de organizar todo a su antojo, lo que probablemente lo llevó a ser seducido por Morgoth, el Señor Oscuro que corrompió innumerables almas y libró guerras contra Elfos y Hombres.
De Mairon a Sauron: El Camino Hacia la Oscuridad

Con el tiempo, Sauron ascendió en los rangos demoníacos de Morgoth, adoptando el título de Gorthar el Cruel, segundo al mando.
Tolkien resalta la diferencia entre Morgoth y Sauron: mientras el primero desea corromper y subvertir, Sauron anhela controlar y gobernar, sin necesidad de maldad.
Esta transformación, similar a la de Saruman, Gollum y otros en la historia de la Tierra Media, refleja la capacidad innata para el mal, incluso en aquellos con los objetivos más inocuos.
El Ojo de Mordor
Finalmente, la obsesión de Sauron por el poder lo llevó a intentar conquistar la Tierra Media, lo que resultó en la creación del Único Anillo en los fuegos del Monte del Destino.
Alrededor del año S.A 1000, eligió Mordor como su bastión y construyó la Torre Oscura o Barad-dûr, y con El Único Anillo intentó controlar a los demás portadores de anillos, sin lograr corromper a los Elfos.
Después de la traición de Isildur, Sauron regresa como el Nigromante, presentado en la trilogía del Hobbit, y reclama la fortaleza de Dol Guldur, preparando un ejército con la ayuda de su vasallo, el mago Saruman.
A través del arco narrativo de Sauron, Tolkien muestra que incluso las almas más nobles, cuando se sienten atraídas por el poder y el deseo de controlar, son susceptibles de corrupción.
Sauron comenzó siendo un ser que valoraba el orden y la planificación, pero su pasión por el orden se vio consumida por su obsesión por el control, abriendo el camino al caos y la destrucción.